El 17 de diciembre se conmemoró un año más de la muerte del Libertador Simón Bolívar. Ese joven caraqueño que tuvo un sueño; el ver a su patria libre y soberana, independiente del yugo español. Bolívar, quien nació en cuna de oro y murió con camisa prestada fue extinto mucho antes de su desaparición física a causa de innumerables traiciones, por la sobreposición del personalismo político a los valores democráticos y humanos.
Hoy 179 años después de su siembra vemos como esos mismos grupos oligárquicos pretenden seguir enlodando su nombre para intentar doblegarnos a un sistema de destrucción total. Lo que ellos no saben es que Bolívar está más vivo que nunca, y es que él nace al despertar de los pueblos de Latinoamérica y el mundo.
Y es que el pensamiento Bolivariano es hoy el ejemplo a seguir en los pueblos latinoamericanos, son las prédicas de Bolívar las que nos hacen jurar como lo hiciera él en el umbral del Monte Sacro, no dar descanso a nuestro brazo ni reposo a nuestras almas hasta que nuestros países estén verdaderamente liberados del yugo imperial. Su ejemplo, su constancia y su compromiso social estarán siempre en los corazones de todos los hombres de buena voluntad.
El mundo está escribiendo sus notas en los libros de historia, el cambio, la emancipación, el valor de la vida, la igualdad, la justicia, el amor, todos los valores que nuestro padre de la patria nos enseñó en su accionar y en la templanza de cada una de sus batallas. Hoy la batalla es la de las ideas, es la de la comprensión, la del socialismo como garantía de la patria grande y soberana.
Hector Rodríguez Castro
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