3.Jul.2011 / 09:17 pm / Haga un comentario

Mi querido comandante, todavía tenemos resaca del nudo en la garganta después de escuchar esa terrible noticia, pero ya a estas alturas volvemos a envalentonarnos y vocear aquella consigna del PRV de “Ni la cárcel/ni la muerte/ detendrán nuestra acción/de luchar junto al pueblo/por la revolución/. Mire camarada “pa’lante es pa’llá”, esto que está pasando es otro obstáculo en el camino, pero bastante temple tiene usted para salvarlos y llevar a puerto seguro el barco de esta revolución. Usted es un toro y ahora es más toro todavía porque está consciente de la vida. A nuestra edad ya tenemos que ir al “mardito” médico y seguir ciertas recomendaciones, yo ahora bebo y fumo menos, ingiero alimentos a las horas correspondientes, dejé la Pepsi Cola y me va de lo mejor, a usted le toca coger pausa y verá que muy pronto todo volverá a la normalidad.

En estos tiempos hasta el cáncer se cura, mi nieto de 19 años ya se curó de uno después de un trasplante de médula, le volvió a salir y ahí está batallando para quitárselo de encima con una nueva intervención en octubre. Lo nombro porque estoy maravillado de su temple para batallar con el mal, su ánimo es perfecto y quien lo ve enamoradísimo de su novia, estudiando como loco y llevando su vida normal donde hasta las quimios ya son parte de la rutina, nadie se puede imaginar que algo malo está pasando en su cuerpo. Ese es el secreto, pararse de frente y decirle a la portadora de la guadaña: “vente muerte que te vamos joder”.

Bueno Comandante, disculpe estas palabras confianzudas pero desperté con un sentimiento fraternal como si el hermano que nunca tuve estuviera pasando un mal rato que siempre será pasajero porque su propia fe, ya puesta a prueba tantas veces, lo salvará y nos permitirá tenerlo con nosotros por lo menos hasta el 2021, para celebrar el Bicentenario de la batalla de Carabobo. Yo sé que no es fácil pero para usted, hombre recio del llano, no hay nada difícil y con la ayuda de Dios y de Fidel nada ni nadie lo parará. Aquí queda mucho por hacer y mucho que corregir, empezando por cambiar el tercio de ese tren de trabajo casi suicida de estos 12 años porque lo necesitamos, por lo menos, otros 12 al frente del Gobierno y de la Revolución. Esto no lo para nadie, ni queriendo.

Como bien dijo usted, “ahora quiero hablarles con el sol del amanecer, creo que hemos salido” y de bolas que vamos a salir, aquí está su pueblo rezando fuerte y dispuesto a todo, y permítame corregirlo cuando dijo “viviremos y venceremos”, porque déjeme decirle algo, no sólo que vivirás largo, sino que seguiremos venciendo. ¿Quién dijo miedo?

Humberto Márquez

 

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