Aunque estaba comenzando apenas mi adolescencia, recuerdo que con el triunfo del Comandante Chávez en diciembre del año 1998 y por ende de la Revolución Bolivariana, como Pueblo Venezolano comenzamos a escribir las mejores páginas de nuestra historia, que inició por repensar, pero más allá, por materializar, un nuevo estado que nos permitiera superar las desigualdades e injusticias que estábamos heredando en plenitud de quienes gobernaron nuestro país por 40 años y que lo dejaron en la miseria social, económica y política. Fue entonces cuando el Comandante Chávez propone un gran debate nacional para cambiar la constitución, y como guerreros de la esperanza en gran batalla democrática triunfamos y obtuvimos lo que sin duda es, reconocido por la inmensa mayoría de los pueblos de todos los continentes, una de las mejores constituciones de la historia del mundo, herramienta fundamental que nos ha permitido y seguirá permitiendo materializar el ideal bolivariano.
Con ella venimos avanzando en superar el estado burgués, el de los privilegios a una pequeña élite adinerada, diseñado por quienes tratan de mimetizarse para confundir al Pueblo, pero que este conscientemente siempre los derrotará, y hemos y estamos construyendo un estado de participación y protagonismo popular, donde aun con deficiencias que vamos superando, colectivamente se diseña, se construye y materializa la política, a través de los consejos comunales y otras formas de organización comunitarias, que van dando configuración a la comuna como espacio territorial, social, económico y político, principal de generación de la mayor suma de felicidad posible para la sociedad.
Ahora bien, en esta etapa de la Revolución Bolivariana, como lo ha orientado nuestro Presidente Nicolás Maduro, respondiendo a la importancia del momento histórico, donde los intereses hegemónicos de la derecha mundial y sus dirigentes en nuestro país asedian brutalmente contra los logros de la población por representar estos derrotas a sus pretensiones de dominar nuestras tierras y apoderarse de nuestras riquezas, es necesario acelerar las acciones que nos permitan el desarrollo pleno de las comunas, que como se ha venido configurando es la siguiente fase de organización superior que nos permitirá superar las deficiencias remanentes que aún arrastramos del sistema capitalista como la inseguridad, especulación, acaparamiento, entre otras, y blindará a nuestro pueblo ante cualquier ataque que los enemigos de la esperanza quieran desarrollar contra Venezuela, y es así porque allí es donde se consolidarán las discusiones y se tomarán las decisiones estratégicas, tácticas y coyunturales, con las personas que la habitan, haciendo más eficaz y eficiente la aplicación de la política.
Por ello los jóvenes de la Patria asumimos ese llamado a acelerar y colocarnos en la primera línea de batalla diaria, con criterio, método, constancia y disciplina, en cada escenario, en cada momento para continuar construyendo el legado de los dos Gigantes, Bolívar y Chávez.
¡Chávez Vive, la Patria Sigue!