7.Abr.2010 / 02:21 pm / Haga un comentario

Las Universidades como instituciones de precepto primario en el entramado del estado emergente camino a la construcción de un nuevo orden social deben cumplir un papel determinante, insoslayable; el cual en la lucha contra la pobreza, la miseria y el atraso conforme un sólido e irreductible espacio; la vanguardia del conocimiento abierto al pueblo; proporcionando los recursos académicos y cientifico-técnicos necesarios e imprescindibles para contribuir concienzudamente a cerrar las brechas de las inequidades, hijas predilectas de las injusticias que hacen de la sociedad actual una vergüenza para el género humano.

La impronta de las Universidades en la lucha contra las injusticias sociales debe ser el indeleble signo de los nuevos tiempos, debe ser el faro de Alejandría que conduzca al necesario peldaño ascendente de la organización de la sociedad bajo nuevas y superiores condiciones del aprendizaje (Teoría) y la práctica (Acción) de la auténtica democracia, la que el socialismo concretiza.

La Universidad tradicional Venezolana sucumbió a las viejas formas a la mediatización del conocimiento, a la mediocridad, abandonando las causas más nobles de su pueblo, convirtiéndose en el sostén y la reproducción de la ideología dominante, negadora de la vida, de la libertad, mercantilizadora del hecho educativo y tasadora perversa del compromiso social, de la conciencia social.

La Universidad tradicional venezolana educa y forma fundamentalmente para lo tecnocrático, en función de los intereses políticos, ideológicos y productivos de la sociedad que le engendró y representa, modelando ciudadanos mutilados y empobrecidos desde el punto de vista intelectual, espiritual, cultural y respecto a la conciencia social y política; un ciudadano muy distante de la esencia de lo que el criterio de universidad expresa en su propio término: Lo universal, la multidimensionalidad del ser humano, donde la confluencia de los diferentes saberes, hagan del hombre una compleja y rica síntesis del todo necesario y enriquecedor, cuestión que solo será posible en el marco de un nuevo orden social, EL SOCIALISMO. Este último es el camino que nos hemos trazado en la UNEFA.

Se debe consolidar una educación superior, una universidad, donde la criticidad sea una práctica cotidiana, donde el descontento, la inconformidad se abran cause por las vertientes del compromiso militante productivo y transformador para arrebatar a nuestro pueblo de tantas postergaciones y tinieblas criminales que les han condenado a una larga noche de historia nefasta producto de la ignorancia, la opresión y la explotación propia de la sociedad de consumo, del capitalismo inmisericorde.

La universidad que necesitamos debe ser capaz de poner en manos de nuestros jóvenes los recursos intelectuales imprescindibles para contribuir a la transformación del orden social imperante, donde la discusión de la responsabilidad ética de la ciencia y de la técnica sea el común denominador de la cotidianidad académica.

La universidad hacia la que transitamos es la que permitirá que las nuevas circunstancias en lo histórico y lo educativo de lugar a los hombres nuevos, a los educando nuevos, los educadores nuevos, tan necesarios para edificar un más alto nivel civilizatorio: El Socialismo.

Es un imperativo urgente la formulación de una universidad nueva que nos permita hacer frente a las constantes y permanentes amenazas de la colonización cultural de la cual somos objeto por parte del avasallante aparato ideológico del imperio norteamericano y sus congéneres tanto internos como de otras latitudes.

Solamente una universidad popular y al servicio de nuestro pueblo, que considere sus necesidades siendo parte de ellas y por ellas como la UNEFA, vinculada profundamente al destino de nuestra nación, enraizada en lo soberano y lo patrio, permitirá la consolidación del hecho revolucionario académico y educativo, bases de sustentación del sueño Bolivariano que estamos construyendo, que nos permitirá definitivamente terminar de abrir nuestros espacios a los más necesitados; a los obreros, a los campesinos, a todos.

La Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada (UNEFA), constituye la nave emblemática de nuestro proyecto revolucionario educativo, es el puntal del futuro hacia el que nos dirigimos con paso firme, donde la calidad constituye una de nuestras máximas preocupaciones, donde se reivindica su esencia popular y liberadora, donde el proceso educativo no se ve perturbado por la ignominiosa acción de la caja registradora para garantizar la continuidad del hecho académico.

La Unefa se cimienta en estructuras curriculares en sintonía con nuestra realidad y necesidad social de profundo sentir humanístico y de cara al porvenir. Nuestro mayor orgullo saldar la deuda social con los miles de venezolanos excluidos de la educación superior debido a la concepción elitesca que de la misma, sustentan los eternos enemigos de nuestro pueblo, los pactantes de la exclusión y la entrega de nuestras esencias como pueblo libérrimo y bravío.

Nuestra universidad la encarnan los decididos a asumir los intereses de la mayoría postergada, los dispuestos a defender a cualquier costo nuestros sueños de patria nueva, agentes del futuro de lo promisor. Los intereses de las viejas clientelas no encontraran en nuestra universidad su «reencarnación». Hemos despertado y las tinieblas huyen de la luz vivificadora de excelsos rumbos, los tambores de la patria entonan anhelos cercanos.

Yuri Quiñones

http://yuriquinones.blogspot.com/

 

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