31.Jul.2010 / 06:55 pm / 1 Comentario

Para ubicarse adecuadamente ante los momentos de tensión, es necesario ejercitar nuestra memoria. Si bien las relaciones colombo venezolanas han sufrido momentos de gran tensión, difícil sería comparar otros momentos con el de ahora. Las condiciones históricas de cada coyuntura definen la potencialidad de riesgo o de avance de las fuerzas y las banderas de lucha que se contraponen.

Los rasgos especiales de esta situación regional se presentan en la conjunción de los siguientes factores:

* El despliegue militar del imperio por el planeta, como si se estuviera en un escenario de guerra mundial, pero bajo características aparentemente no convencionales. En ese tablero, en Colombia no se presentaba con tanta visibilidad la alineación de las fuerzas del narcotráfico, paramilitarismo, fuerzas de ocupación gringas y Estado Colombiano hacia un objetivo común primordial: desestabilizar Venezuela. Por el otro lado, Venezuela no había sido sitiada con tal magnitud militar[1] desde el bloqueo contra el Gobierno de Cipriano Castro y posiblemente los tiempos de las acciones del imperio español contra las fuerzas independentistas.
* La crisis económica del sistema capitalista suma día a día bancarrotas y quiebras de grandes empresas transnacionales, de países enteros. Mientras los Estados financian las crisis, mantienen la agonía del sistema, y la cura que proviene de los gobiernos de las potencias es para salvar a los ricos, no a los pobres. La riqueza que llena este saco sin fondo viene de recursos públicos, recursos que producen realmente la clase trabajadora y campesina, y siempre se la quedan unos pocos. La política económica venezolana de contención de la crisis mundial, ha colocado a nuestro país en una situación envidiable respecto a la mayoría de países de la región, pero que su impacto se ha sentido internamente por la naturaleza mundial de la crisis del sistema: Corrupción moral y especulación financiera.
* La crisis ambiental que vive la humanidad recoge décadas de deforestación, contaminación y consumo irracional del fruto de la tierra. Nuestro modo de vida con la madre naturaleza se encuentra en jaque. «…80% de esta riqueza mineral es consumida por el 20% de la población mundial. Antes del final de este siglo, la minería excesiva habrá acabado con casi la totalidad de las reservas del planeta»[2] Este peligro se multiplica en nuestra región con la catastrófica fuga de crudo en el Golfo de México a causa del modelo de gestión irresponsable y criminal de las transnacionales petroleras involucradas. Venezuela recorrió el rumbo de la explotación irracional de nuestro hábitat natural hasta que se inició en los últimos años la transición hacia políticas de gestión y aprovechamiento ambiental más sustentables, pero sus repercusiones tanto mundiales como locales no podían dejar de sentirse: desajustes en nuestras estaciones de lluvia y sequía que se acentúan año tras año y afectan la producción agrícola, generación eléctrica, entre otros factores.

La historia enseña

En este escenario de cosas, al pueblo venezolano no se le debe hacer ajena la situación del riesgo a nuestra soberanía y al régimen democrático que nos hemos dado, recordemos:
1. La mayor prueba y victoria contra las oligarquías colombo-venezolanas, dirigidas por EE.UU, fue entre 2002 – 2003 y 2004, cuando el compromiso del gobierno, la movilización popular, la articulación cívico-militar y el protagonismo de la clase obrera petrolera derrotaron ofensivas de manipulación mediáticas, golpe de estado, pronunciamientos militares provocando alzamientos dentro de la FAN, sabotaje petrolero, actos de terrorismo, paros empresariales, desabastecimiento, desconocimiento de procesos electorales y hasta las «guarimbas»[3]. Entre todas estas, la derrota del sabotaje petrolero por el protagonismo de los trabajadores de la industria, merece capítulo aparte que trataremos más adelante.
2. Entre las evidencias de violación o injerencia de nuestra soberanía de parte de esta alianza colombo-narco-paramilitar-gubernamental entregada a la agenda imperial, se pueden contar:

* La elaboración del Plan Balboa desde las instancias de la OTAN en el 2001: especie de juego de guerra en donde se simula la invasión de nuestro territorio desde Colombia.
* La captura de más de un centenar paracos en el Estado Miranda en mayo del 2004, con planes de subvertir el orden constitucional a través de acciones de terrorismo, provocación de alzamientos militares y ejecución del magnicidio contra Hugo Chávez.
* La intensificación de denuncias desde el 2008, por violación reiterada de nuestro espacio aéreo por parte de aeronaves militares desde las costas del Caribe y el territorio colombiano.
* Las denuncias sobre la presunta impunidad con la que operan los paracos en el Estado Táchira y el Zulia.
* El secuestro del canciller de las FARC[4] por parte de organismos de seguridad del Estado Colombiano, quienes también han realizado acciones de persecución y captura de supuestos delincuentes en nuestro territorio, todo esto sin aval ni conocimiento previo del Gobierno Bolivariano.
* El asesinato selectivo a través del sicariato[5] de campesinos [6] y dirigentes sindicales, sobre todo en regiones fronterizas.
* Los preocupantes incrementos en las estadísticas, de oficiales de los cuerpos de seguridad asesinados en aparentes robos, ajustes de cuentas o simplemente ejecutados en sus hogares sin razones ni motivos aparentes. Dicha trama brinda indicios de lo que podría ser una línea de acción (¿del crimen organizado o de las oligarquías?) contra los planes de seguridad desarrollados por el Estado venezolano.
* El desarrollo de lo que podría llamarse inseguridad por «violencia calificada»: ejercicio en nuestros barrios de acciones de muerte sanguinarias contra pandilleros e inocentes por acribillamiento, decapitación o descuartizamiento con machetes o moto sierras, etc. Esta «violencia calificada» no representó la forma de ejecución de los ajustes de cuentas en el siglo pasado en nuestros barrios, dichas formas de tortura y asesinato (no ejecutadas por fuerzas de seguridad públicas) están ampliamente reportadas en Latino América como prácticas de contra-insurgencia de las fuerzas paramilitares en Colombia entre las décadas de los 60-70.

En este orden de ideas, el ambiente pre-bélico sí tiene referentes en la lucha por mantener nuestro proceso Bolivariano.

Ni una Gota de Petróleo como consigna soberana… antes y ahora

Uno de los elementos de mayor peso en la agudización del escenario geopolítico, es la advertencia sobre la suspensión de exportación de crudo a EE.UU., en el momento que se diera una acción armada en contra de nuestro país. Tal advertencia no es nueva, tal como cuando lo hizo en marzo del 2004 el presidente Chávez, como señal del costo económico que tendría si se profundizaban los ataques dirigidos desde Washington:

«Debe saber el señor Bush que si se le ocurre la locura de bloquear o de tratar de bloquear a Venezuela, o peor aún para ellos, de invadir a Venezuela… ni una gota de petróleo les llegará desde Venezuela, ni una gota de petróleo más. Aquí no va pasar lo que ha ocurrido en Aristide, que lo sacaron del poder».

Ese pronunciamiento consiguió eco en los trabajadores petroleros, cuando alrededor de 2000 trabajadores se movilizaron el 26 de marzo hasta la embajada gringa a comunicar su pronunciamiento que decía:

«…hemos sido testigos de la colaboración activa de empresas estadounidenses con acciones de aquellos que pretendieron sabotear y quebrar a nuestra industria petrolera a fines del 2002… hay intentos de torcer el camino de independencia nacional constitucionalmente establecido, los mismos trabajadores petroleros que fuimos capaces de recuperar en tiempo record la producción de una industria compleja casi paralizada… convocaremos al pueblo para proponerle a nuestro gobierno que no salga ni un solo barril de petróleo hacia el territorio de Estados Unidos»

En esa época el escenario nacional pintaba acciones de desestabilización financiadas desde el norte[7] y que se expresaban en:

* Guarimbas;
* Provocación de enfrentamientos entre partidarios de la oposición y las fuerzas de seguridad del Estado[8];
* La campaña del «Firmazo» de SÚMATE y la Coordinadora Democrática como otro intento de la oligarquía por imponer un referéndum revocatorio, deslegitimando al CNE, sumada la instigación reiterada para descalificar y desconocer el Gobierno Bolivariano desde agentes internos y extranjeros, incluyendo voceros del gobierno de EE.UU.

Claves de la victoria en la coyuntura política

No es poca cosa sostener a un gobierno bajo un liderazgo que goce después de 11 años del apoyo mayoritario del pueblo, traducido en maduración para enfrentar los retos inmediatos que ponen en riesgo la continuidad del proceso ¿Cómo se logró desmontar la agenda golpista e injerencista contra Venezuela?

* Las movilizaciones y concentraciones masivas, las repetidas y contundentes tomas político-culturales de espacios públicos fueron parte de una agenda que generó cohesión en las mayorías de este país sobre la defensa de nuestra soberanía.
* La relación directa que tienen las victorias aplastantes en el ámbito electoral en torno a proyecto Bolivariano y Chávez (2004, 2005 y 2006) con el desmontaje de los planes conspirativos, permitió en esos años evitar situaciones de enfrentamientos fratricidas o conatos de guerra civil que avalaran cualquier intervención extranjera con tal de traer una supuesta paz en nuestro territorio.
* El despliegue de una contraofensiva comunicacional unificada y contundente en el escenario mediático (sobre todo en el 2004) restringió los efectos enfermizos de la propaganda de guerra de la mayoría de los medios privados.
* El ejercicio de la unión cívico-militar a través del reimpulso de la Reserva y la constitución de las Guardias Territoriales, cosechaba parte de la siembra labrada bajo el mando del Presidente Chávez, desmontando el desapego militar por la comprensión política de la realidad, comprometiendo así a efectivos militares con un gobierno democrático y patriota. En ese sentido desde 2004 se generaron debates políticos a lo interno de la FAN con el desarrollo de la nueva doctrina militar y su puesta en práctica con las operaciones y maniobras cívico-militares, y desde el 2005 se dieron inscripciones masivas del pueblo en la Reserva y se comenzaron a juramentar los primeros Guardias Territoriales.
* El ejemplo contundente del papel de la clase obrera como protagonista de los procesos revolucionarios se evidenció en el control obrero que se logró con trabajadores y trabajadoras que no abandonaron la industria, ni mucho menos la sabotearon. Los meses de diciembre de 2002 y el primer trimestre del 2003 fundamentalmente representaron lo que para la revolución sería la conclusión definitiva de una gran contradicción que enrumbaría el proceso Bolivariano al camino que hemos recorrido hasta hoy: El control de PDVSA, y por ende, de los recursos naturales y las riquezas que ella administraba.

¿Todo lo que sube, tiene que bajar?

Como contrapeso a las conquistas del pueblo en la agitación, movilización y organización, se ha hecho natural que después de momentos de gran efervescencia y definiciones políticas, se produzcan procesos de reflujo[9] de diversa magnitud. Entre otras razones, en aquel período resaltó la falta de una organización de masas que tuviese una visión más estratégica de la lucha (que no se plantease la meta electoral como razón de su existencia) y de un programa político ampliamente conocido que lograra encaminar y educar a las fuerzas revolucionarias hacia conquistas más antiimperialistas, mas anticapitalistas, más socialistas.

La clave de victorias estratégicas en la construcción de una nueva sociedad reside en hacer de las victorias tácticas, procesos que eduquen al pueblo sobre la importancia de lo alcanzado, para que de ahí en adelante sea defendido y mejorado por quienes se han apropiado de ese espacio del quehacer social (entiéndase PDVSA, FAN, gobernaciones, alcaldías, empresas nacionalizadas, etc.). Lo contrario es como el maratonista que gana la carrera para después entregar el trofeo y no prepararse para la próxima competencia.

Continuará…

Olaf A. Ciliberto G.
Militante del PSUV
Trabajador Petrolero

[1] Bases y fuerzas aéreas navales gringas en Colombia, Curazao, Aruba, Panamá, Costa Rica y Puerto Rico, representan la mayor amenaza, sin hablar de más de una decena de bases que están instaladas por el continente suramericano y caribeño.
[2] Ver documental HOME de Yann Arthus-Bertrand
[3] «El ÚNICO objetivo de «LA GUARIMBA» – además de paralizar totalmente el país – es crear un caos anárquico a nivel nacional con la ayuda de toda la ciudadanía y en las principales ciudades de Venezuela, a fin de obligar al régimen CASTRO-COMUNISTA de Venezuela a que ordene el «PLAN ÁVILA».» Palabras de Robert Alonso, dueño de la finca donde apresaron al grueso número de paramilitares en 2004, de origen cubano, relacionado con grupos anticastristas de Miami.
[4] Rodrigo Granda había operado en diversos países como reconocido negociador y portavoz del ejército guerrillero.
[5] Para Venezuela el sicariato ha sido una forma de violencia importada desde Colombia.
[6] Representantes del Frente Nacional de Campesinos y Pescadores Socialistas «Simón Bolívar» se dirigieron ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y a la Fiscalía General de la República (FGR) para denunciar el asesinato de 214 campesinos, así como casos de agro-secuestro y de persecución por parte de jueces y funcionarios a productores que han sido beneficiados por las políticas de distribución de tierras. Fuente: Prensa MAT 28-07-09
[7] Ver: Gollinger, Eva. El Código Chávez: Descifrando la Intervención de Estados Unidos en Venezuela (2005).
[8] El más emblemático fue el provocado por actos de agresión y vandalismo de los manifestantes opositores el 27 de febrero, focalizados en la Avenida Libertador, mientras se efectuaba la XII Cumbre del Grupo de los 15 a poca distancia del sitio de los acontecimientos.
[9] En política equivale a significar que un movimiento que estaba a la ofensiva por conquistar sus metas programáticas, pasa a la defensiva o desmovilización. Implica un retroceso en los niveles de conciencia y prácticas revolucionarias.

 

Comentarios

1.Ago.2010 09:07 pm
Fernando Gaebler dijo:

Concordo com a unidade antiimperialista (anticapitalismo), a memória coletiva das lutas da classe trabalhadora e também as revoluções socialistas e patrióticas na história da revolução, do socialismo e do comunismo. Viva a revolução!

 

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