La política internacional de Venezuela, desde la llegada de la Revolución bolivariana al poder, ha sido una política de potencia mundial. Su afán de diversificar sus relaciones internacionales planteando acuerdos de cooperación y complementariedad, priorizando al Sur y a los países no alineados, mientras apuesta a la unidad de los mismos para construir un mundo pluripolar que admita el equilibrio necesario y crear condiciones que faciliten la existencia humana, ha tenido resultados positivos que hoy podemos ver reflejados en una inmensidad de acuerdos internacionales, que le permiten dar respuesta a las necesidades del pueblo venezolano en áreas de alimentación, vivienda, salud y educación, entre otros.
Igualmente, esta política ha permitido que nuevos espacios de poder accionen en la escena internacional, como lo son Petrocaribe, TeleSur, UNASUR, la Organización de Estados Caribeños y Suramericanos, el relanzamiento de la OPEP, la Organización de Estados Suramericanos y Africanos, entre muchos otros que han debilitado las estructuras de dominación ya existentes, y han iniciado la construcción de un mundo más justo e igualitario.
En las últimas semanas la ciudad de Caracas ha sido testigo presencial de la fortaleza de la política internacional venezolana y del respeto con el que es tratado nuestro gobierno por el resto de sus colegas. La visita del Primer Ministro de la Federación Rusa, del Presidente de Bolivia, del Presidente de Uruguay, del Presidente de China, de la Presidenta de la República de la Argentina y de los presidentes del ALBA, relaciones que en tan solo una semana, ponen de manifiesto una estruendosa resonancia de nuestro impacto mundial.
Hector Rodríguez Castro
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