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6.Jun.2014 / 03:58 pm / Haga un comentario

_mg_0745_rh1402080187Prensa AVN.- Expertos en materia de comunicación y política internacional debatieron este viernes sobre cómo los medios de comunicación y las redes sociales han servido cómo instrumento para emprender una guerra mediática y psicológica contra Venezuela y otros países del mundo, en el segundo día de actividades del foro Conjura mundial de los medios contra Venezuela, evento que se realizó en la Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño.

El alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, subió al podium para compartir con exponentes y pueblo asistente sus reflexiones sobre los ataques que ha recibido Venezuela, planificados para generar resentimiento y pánico entre la población.

«Vivimos en un constante proceso de infestación, basta con agarrar los periódicos para darse cuenta que todos los días quieren sembrar pánico, terror y la gente entra en crisis», indicó el alcalde, durante su intervención.

Rodríguez, quien también es médico psiquiatra, refirió durante su exposición otros aspectos clave además del odio, que son el no reconocimiento, la instauración de un orden simbólico y la teoría de la deprivación relativa, sentimiento en el que un individuo o grupo desprecia lo que tiene y cree merecer algo mejor. Además, explicó que los mensajes violentos y la manipulación contenida en los medios, puede generar el desarrollo de enfermedades psicológicas entre la población.

«Yo puedo pensar diferente a ustedes, tener religiones diferentes, carreras distintas o hablar otro idioma y los reconozco como seres humanos (…) pero cuando se infunde el miedo se alimenta el no reconocimiento, y las personas se dicen unas a otras ‘no te conozco’…», dijo.

Entre los ponentes al evento, estuvo el colombiano Edgar Barrero, quien habló sobre cómo los medios de comunicación dominan el diseño de estrategias que buscan generar distintas realidades e imaginarios, con el fin de producir desestabilización en la sociedad.

Indicó que en Colombia la guerra mediática es «francamente aterradora». Sin embargo, al comparar este escenario con el venezolano, Barrero celebró que el país cuente con una ventaja a su favor: la organización del pueblo y el impulso que este ha recibido de parte de la Revolución Bolivariana.

«El imperio tiene ejércitos de profesionales diseñando estrategias de guerra que buscan impactar procesos como el venezolano, buscan impactarlo en el plano psicosocioantropológico, buscan desestabilizar e instalar otras realidades que están generando otros imaginarios», dijo.

Durante su intervención, aseveró sobre la necesidad de investigar el fenómeno de las redes sociales, la relación que establecen con los usuarios que las manejan y los mensajes que en ellas se comparten, con el fin de «darle la vuelta y ponerlo al servicio de procesos revolucionarios como el que se vive en Venezuela», generando estrategias de defensa no sólo para el país, sino para toda la región.

Explicó además que la guerra psicológica se basa en cuatro elementos: el orden político, el ideológico, militar y religioso, mismos aspectos que durante muchos años se han manipulado para dominar a las masas.

El poder mediático

Seguido de Barrero, el periodista venezolano Eleazar Díaz Rangel tomó la palabra y solicitó a los comunicadores del país dar inicio a un proceso de evaluación, donde impere la necesidad de crear un nuevo periodismo capaz de enfrentar al poder mediático.

El periodista hizo una estimación en relación a cuantos medios de comunicación en el país están de parte de la defensa del pueblo, y cuántos sirven a intereses económicos. «En Venezuela hay poco más de 100 diarios, de los cuales 80% están en contra de las políticas gubernamentales, y sumado a eso, hay centenares de emisoras de radio que basan su programación en la lectura de estos diarios, y estos son medios que tienen mucha influencia en la ciudadanía, en los lectores», dijo.

El alcance de los mensajes difundidos a través de los medios de comunicación, explicó Díaz Rangel, han hecho que los medios sean hoy el segundo poder en el mundo, representando en periódicos, la radio y la televisión.

«Hay un estudio francés que revela que ya no se puede hablar de la prensa como el cuarto poder. Ahora, después del poder económico y financiero, está el poder mediático, por la gran capacidad de influencia en la opinión pública», indicó.

Díaz Rangel se refirió al caso de Venezuela y Ecuador, países en los cuales las grandes corporaciones de medios de comunicación han ejecutado una campaña mediática para intentar desestabilizar la democracia de estas naciones.

«Ecuador ha sido víctima de una de esas campañas y su presidente (Rafael Correa) ha sido de los que con mayor audacia ha denunciado el problema internacionalmente, incluso en escenarios como la OEA (Organización de Estados Americanos) y Unasur (Unión de Naciones Suramericanas)», comentó.

Un problema mundial

El periodista y fotógrafo francés Maurice Lemoine también participó en el foro internacional. En su exposición, indicó que el escenario mediático y psicológico que hoy enfrenta Venezuela se ha reflejado en otros países del mundo, entre ellos Chile, cuando el diario El Mercurio preparó a través de su línea editorial el derrocamiento del presidente Salvador Allende, en la década del 70.

«Pero hay muchos otros ‘Mercurios’: también se llaman Clarín y Nación, en Argentina; El Nacional y El Universal, en Venezuela; La Hora, El Comercio, El Universo, en Ecuador, La Razón, en Bolivia», señaló en alusión a esa campaña que llevan adelante medios vinculados con sectores de derecha.

Lemoine comentó que desde hace 15 años cuando el líder revolucionario, Hugo Chávez, ganó la presidencia de Venezuela, y posteriormente se instauran otros gobiernos de izquierda, como en Nicaragua y Bolivia, se mantiene la misma estrategia del derrocamiento.

«Por ejemplo, desde hace 15 años cuando se habla de los gobiernos de Venezuela, de Ecuador, de Nicaragua, se habla de populismo. El término populista ha sido denotado en el marco del discurso neoliberal para designar políticas consideradas irresponsables, aventureras, inflacionarias», manifestó.

Explicó que esa imagen de populismo latinoamericano, que se muestra en Europa mediante el diario El País, de España, es creída por los españoles y habitantes de otros países, por lo que es mucha la gente que termina viendo «un poco extraño» a los presidentes de América Latina.

Lemoine, quien también fue testigo del golpe de Estado contra el presidente Chávez en abril de 2002, alertó que esas pretensiones siguen latentes, pero esta vez con nuevas estrategias contra el presidente Maduro.

 

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