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El Presidente Chávez anunció este viernes en la noche una esperada devaluación de nuestra moneda, y digo esperada porque a mí me sorprendía que se hubiera logrado mantener el cambio a Bs.F. 2,15 por tantos años, a pesar de los problemas y retrasos en Cadivi conocidos por todos.

La medida de cambio dual (básicamente Bs.F. 2,60 para las importaciones más prioritarias y Bs.F. 4,30 para lo demás) obviamente causó que mucha gente se lanzara este sábado a las calles a tratar de adquirir electrodomésticos, celulares, computadores y aparatos importados, previendo lo que seguramente ocurrirá: que los comerciantes dupliquen los precios de todo lo traído del exterior en las próximas horas.

Un buen amigo se mostró muy extrañado con esto: ¿no es que en enero todo el mundo está chillando porque no tiene dinero? ¿No es que vivimos una crisis que nos tiene a todos pelando bolas?

Las anteriores son imágenes mías, tomadas en las tiendas Martell y Sonelectric en la Av. Francisco de Miranda, en Chacao. Pero obviamente están mucho mejores las imágenes de Reuters que podemos ver en Noticias24. Les dejo tres a continuación.

Es curioso que tanta gente se haya lanzado justamente a la tienda Pablo Electrónica, a pesar de que Alberto Federico Ravell, director de Globovisión, insinuara el viernes en su cuenta en Twitter que dicha tienda iba a hacer remarcado de los precios de sus productos. Si yo fuera propietario de esa tienda, le clavaría una buena demanda a Ravell.

Lo otro que era fácilmente previsible era el montón de tiendas de electrónica y computación que se declararon «cerradas por inventario» o «Sin sistema», con el objetivo aparente de no vender su mercancía hasta poder remarcarla.

Tienda en el Centro Sambil Caracas

Tienda en CityMarket Sábana Grande
Tienda de computación en el Centro Parque Carabobo.
La enorme mayoría estaban cerradas sin explicación alguna, sólo dos tenían este cartelito. Disculpen la mala calidad.
Tienda en CityMarket Sábana Grande

Como computista, obviamente la medida me duele, pues me será más difícil estar al tanto de los adelantos en mi profesión. Como humanista, me duele la medida pues, ¿qué más quisiera yo sino que toda venezolana y todo venezolano pueda tener libre acceso a la tecnología que realmente necesiten, con el fin de elevar su calidad de vida?

Pero como venezolano, entiendo la medida y sé que era lo necesario, pues antes que los caprichos personales o las necesidades profesionales están las necesidades prioritarias de la población, entre ellas los alimentos, y el gobierno está obligado a priorizar la entrega de dólares en función a dichas necesidades. No puedo dejar, sin embargo, de mostrar mi descontento con funcionarios e instituciones, como Cadivi, que obviamente pueden y deben funcionar mejor.

Pero mi principal descontento es con los empresarios de este país: con aquellos que buscan siempre obtener el 200% de ganancia a todo lo que venden, aquellos que prefieren importar antes que fabricar, que odian producir y quieren el camino del dinero fácil, los principales responsables de la inflación de 25% anual que luego achacan al gobierno de Chávez.

Fuente: http://lubrio.blogspot.com/

 

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