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6.Ago.2012 / 09:55 am / Haga un comentario

Desde que estaba en el vientre de su madre, Rubén Limardo fue catalogado como campeón. «Ella (su madre) le decía: Hijo tú serás grande, serás un campeón porque llevas sangre guerrera», contó Loris Gascón, tía materna del atleta, al referirse a la influencia que su hermana había tenido en la vida del esgrimista.

Limardo arribó al país este lunes en medio de un entusiasmado pueblo que aguardaba desde antes del mediodía de este lunes en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía con banderas y tambores.

Para la prima de Limardo, Mónica Vergara, la promesa que un día le hizo el hoy campeón olímpico está cumplida: «El me dijo que iba para Londres para buscar su medalla de oro, que no se conformaría con una de plata o de bronce, él sólo pensaba en la dorada, porque tiene sangre de guerrero y así se caiga vuelve a levantarse».

El oriundo del estado Bolívar llegó con la alegría de darle la patria uno de los regalos más grandes que hacía 44 años ningún otro atleta había traído: una presea dorada con sello del olimpo.

«Esto es para mi patria, me siento muy orgulloso de ser venezolano y haber nacido en esta tierra», expresó el espadista, que el 1 de agosto de 2012 acabó con la sequía de medallas olímpicas para la esgrima latinoamericana y cosechó la primera para la nación en esta disciplina.

Con brillo en los ojos y una sonrisa que se interrumpía con el llanto, Limardo agradeció al pueblo venezolano por el apoyo. «No sabía lo que me tenían preparado, estoy muy emocionado, no me esperaba esto», agregó.

Luchó por alcanzar sus sueños

«Él siempre ha luchado por sus sueños, y nosotros hemos estado allí para apoyarlo e impulsarlo. Me siento muy orgullosa por este triunfo que ha alcanzado mi muchacho. Sé que mi hermana (su madre) está muy feliz por él allá en el cielo», agregó Gascón, tía materna del atleta.

Ese apoyo incondicional de sus seres queridos, dio sus frutos la semana pasada cuando en un combate decisivo el bolivarense venció el noruego Bartosz Piasecki  y se convirtió en orgullo nacional y en el motivo de felicidad de una familia que ama el deporte, especialmente la esgrima.

«No podemos evitar la alegría, la emoción, el orgullo de haber visto ganar a uno de los grandes de nuestra familia, en nosotros no puede faltar la esgrima, la hemos hecho parte de nuestra vida»,sostuvo William Gascón, uno de los tíos del guerrero.

Con la voz quebrantada recordó que el 31 de diciembre al darle el abrazo de año nuevo le dijo a su sobrino que éste era su año y estaba convencido que la medalla sería conquistada por el atleta zurdo, de un metro setenta y cinco centímetros de estatura (1.75 cm).

A Limardo también lo aguardaban varios primos entre ellos el hijo de su tío William quien lleva el mismo nombre.

«Nos sentimos muy felices al ver recompensado ese esfuerzo que desde niños hemos venido cosechando, mi familia ama el deporte y la esgrima es muy importante para nosotros. Rubén ha peleado esa medalla, ha tenido que vivir cosas muy difíciles y ha vencido los obstáculos. Primo sigue triunfando», manifestó .AVN

Limardo en pleno combate

 

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