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Las matrices que pretenden mostrar a Venezuela en los medios españolescomo un país dominado por una dictadura, donde es imposible plantear posturas disidentes, fracasaron de nuevo este domingo, con la entrevista que el presidente de la República, Nicolás Maduro, concedió al periodista Jordi Évole.
Al respecto, el ministro para la Comunicación y la Información, Jorge Rodríguez, refirió que el hecho de aceptar la entrevista y realizarla echa por tierra el supuesto cariz dictatorial del jefe de Estado, que se sometió a más de 100 preguntas hechas por el español bajo falsos supuestos como la existencia de presos políticos.
La entrevista se desarrolló sin ningún tipo de amenazas, situación que contrasta con la ocasión en la que Évole conversó con el jefe de gobierno del país europeo, Mariano Rajoy, refirió en un editorial de VTV el ministro Rodríguez, quien recordó que el conductor del programa Salvados, transmitido por Antena 3, solicitó entrevistarse con el mandatario venezolano, quien aceptó públicamente.
Los medios internacionales esperaban la entrevista con el Presidente «frotándose las manos, suponían que Maduro sería sacado de sus casillas» e, incluso, la puesta en escena -un espacio del Palacio de Miraflores con poca iluminación por supuestas fallas técnicas- «estaba diseñada para dar un ambiente de tenebrosidad».
La entrevista, sin embargo, generó respuestas distintas en medios, como El Mundo, y redes sociales, donde se reconoce la ferocidad de las preguntas al jefe de Estado y el equilibrio en sus respuestas, refirió Rodríguez.
