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28.Ago.2009 / 07:07 pm / Haga un comentario

ABN.- Con un compromiso a no permitir la injerencia en asuntos internos de los pueblos para garantizar la integración regional y fortalecer a Suramérica como zona de paz, culminó este viernes la Cumbre Presidencial Extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas Unasur).

La declaración final de la cita, que se realizó en Bariloche, Argentina, instruye a los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores de los países miembros a diseñar una estrategia de seguridad para garantizar la paz en la región, durante una reunión del Consejo de Defensa que se celebrará en septiembre próximo.

«Estos mecanismos deberán contemplar los principios de irrestricto respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial y no injerencia en los asuntos internos en los Estados», establece el texto aprobado por los mandatarios.

Además, los miembros del mecanismo subcontinental destacaron la necesidad de que las medidas incluyan garantías contra el narcotráfico, el tráfico ilícito de armas y el terrorismo.

En el documento también se instruye al Consejo Suramericano de Defensa a que analice el texto sobre «Estrategia Suramericana. Libro blanco, Comando de Movilidad Aérea (AMC)», al que se refirió el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías.

Finalmente, exhorta al Consejo Suramericano de Lucha contra el Narcotráfico para que diseñe un plan de acción.

Preocupación en países Latinoamericanos

Los mandatarios miembros de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur) expresaron en conjunto su preocupación ante la amenaza latente que representa la incursión de tropas extranjeras en el territorio de cualquier país de la región.

Durante el encuentro acordado para fijar posición en torno al acuerdo suscrito entre Colombia y Estados Unidos que permitiría la instalación de siete bases militares operadas por efectivos norteamericanos en territorio neogranadino, el presidente Álvaro Uribe defendió el convenio suscrito con la potencia armamentista bajo el argumento de la lucha contra el narcotráfico, al tiempo que culpó a las naciones vecinas por no «cooperar» en esa guerra.

No obstante, Venezuela cuestionó que el acuerdo se limitara a combatir el tráfico de drogas en vista de la magnitud del despliegue militar que desveló el mandatario venezolano Hugo Chávez Frías, tras la lectura del Libro Blanco del Comando de Movilidad Aérea y la Estrategia Global de Bases de Apoyo del gobierno de los Estados Unidos, en el cual se detalla la expansión que consideran necesaria alrededor del mundo para «garantizar la seguridad nacional».

Chávez denunció que Estados Unidos prevé expandir el radio de acción del Comando Sur en la región para tomar control de los recursos naturales y energéticos que abundan en Suramérica, al tiempo que leyó un fragmento del Libro Blanco que califica a la localidad de Palanquero, en Colombia, como idónea para tales objetivos.

«Ellos están hablando de guerra (…) Y acá está una perla: «Recientemente, el comando sur ha tomado interés en establecer una localidad en América del Sur que pudiera utilizarse tanto para operaciones antidrogas como de movilidad y para ello se ha identificado la localidad de Palanquero como una localidad de segura para esta cooperación»».

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, propuso que el documento presentado por Chávez fuese estudiado por el consejo de Defensa de Unasur y con base en el análisis se propusiera una reunión con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, exigió a los gobiernos de Estados Unidos y de Colombia para que establezcan un acta compromiso de que las operaciones militares de las dos naciones se limiten al territorio colombiano.

«Nosotros desde Brasil respetamos la soberanía, pero queremos resguardarnos a través de los instrumentos jurídicos, como un acta compromiso, para en un futuro de llevarse a cabo operaciones militares en territorios de terceros, poder decir, ajá aquí se pasaron de la ralla y tomar las acciones pertinentes», enfatizó.

En ese mismo tono, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, dijo que era fundamental entender que «las realidades de nuestros países son muy distintas» y pidió que los acuerdos de defensa que se signaran con terceros estados fuesen ser transparentes para ayudar a disminuir las tensiones regionales.

«Considerando hechos recientes, creo que es indispensable que junto a la transparencia, se entreguen garantías explícitas».

No obstante, el mandatario de ecuatoriano, Rafael Correa, mostró su desconfianza en que el gobierno neogranadino pudiera impedir cualquier avanzada de militares estadounidense a su territorio luego de la agresión que sufrió la frontera de Ecuador el primero de marzo de 2008, por una operación de tropas colombianas: «¿Quién nos garantiza que no vuelva a ocurrir lo mismo» (…) Ecuador rechaza el uso de bases colombianas por parte de fuerzas norteamericanas, la historia y la lógica respalda esta posición del país», concluyó.

Con respecto a la erradicación de la producción y tráfico de drogas, Correa propuso la creación del Consejo Suramericano de Lucha contra el Narcotráfico como mecanismo de la región para dictar políticas regionales en torno al tema, punto que fue apoyado por su homólogo brasileño.

«No podemos aceptar que Estados Unidos siga imponiéndonos y dictándonos las política de la lucha antidrogas. Debemos ser nosotros los países suramericanos quienes establezcamos estas políticas, porque somos nosotros los que estamos siendo víctimas de nuestros problemas», sentenció.

Al respecto, el presidente boliviano, Evo Morales acusó a Estados Unidos, de utilizar el tema del narcotráfico para intentar someter a los pueblos, al tiempo que mostró su completo desacuerdo con la instalación del componente militar en Colombia.

«En este milenio y conociendo la historia los presidentes no podemos equivocarnos. Yo quiero salvar esa responsabilidad frente a nuestros líderes que sufrieron políticas de escarmiento. Quiero irme con un documento que niegue las bases militares en Sudamérica», pidió.

Morales denunció que el objetivo de Estados Unidos es generar un clima de desconfianza entre los presidentes de Unasur, por los principios de unidad e integración que constituyen la organización.

Entretanto, la presidenta argentina, Cristina Fernández, exhortó a los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) a fijar una doctrina uniforme sobre la presencia de fuerzas extraterritoriales en la región e insistió en que la adopción de una la misma posibilitará resolver no sólo el conflicto actual sino cualquier coyuntura posterior de características similares.

La cumbre culminó con el compromiso de impedir la injerencia en asuntos internos de los pueblos para garantizar la integración regional y fortalecer a Suramérica como zona de paz, y acordó la convocatoria a una reunión de los ministros de Defensa de la Unasur en el mes de septiembre, con la finalidad de revisar los acuerdos entre Estados Unidos y Colombia que permitirán la instalación de bases militares en territorio colombiano.

 

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