Esta semana se hizo la primera transacción con el Sucre, entre nuestra hermana tierra cubana y Venezuela. Y es que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) se propuso construir un modelo de integración basado en los principios de cooperación y solidaridad, enmarcados en una consolidación de principios bolivarianos y revolucionarios.
Y es que la implantación de una moneda común, garantiza la cohesión entre nuestros países, garantiza la nueva geopolítica internacional basada en los principios del Plan Nacional Simón Bolívar.
Y es que la Revolución Bolivariana no sólo se encuentra dentro de las fronteras de la nación, ha traspasado ríos, montañas, ciudades, puertos, haciendo un llamado verdadero a la integración, a la consolidación.
El Sucre representa hoy un triunfo del ALBA, de nuestros pueblos históricamente oprimidos, que con trabajo y dedicación han derrotado sistemáticamente al capitalismo, y han construido un modelo económico que coopera con las naciones y fomenta a plenitud el fortalecimiento de un nuevo modelo de sociedad de hombres más justos, libres e iguales.
Hemos dado hoy un nuevo paso en una indetenible consolidación. Y como dijo el Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre «de los esfuerzos de hoy, depende la suerte de América del Sur».
Hector Rodríguez Castro
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