24.Sep.2010 / 10:11 am / Haga un comentario

Es mucho lo que últimamente se ha discutido sobre el tema de la “inseguridad”, llegando a poner este flagelo como punta de lanza de campañas electorales, reyertas políticas o afines.  Si bien es cierto que los niveles de análisis, discurso y debate de los sectores enfrentados en un escenario político están separados por una gran distancia en cuanto a ideología, construcción y profundidad, también es cierto que uno de esos sectores está más interesado en utilizar un tema tan doloroso y delicado como bandera de lucha.

A lo largo del tiempo se ha dado un extenso debate entre la prevención y la represión como mecanismo de acción para bajar los índices de inseguridad en el país.  Para los que creemos en la construcción de una sociedad distinta los niveles de seguridad en una nación no se miden por el número de privados de libertad dentro de un centro penitenciario, la solución debe ir más allá.  Los niveles de seguridad de un país se miden con el número de niños y niñas en las aulas de clases, se miden en el momento en que la cultura entra al barrio, se mide con el número de canchas que rehabilitadas y activas en las comunidades.  Los niveles de seguridad de un país se calculan con la organización alcanzada desde la base.  La educación es y será la política de acercamiento entre las comunidades y la única estrategia que permitirá revertir las cifras negativas.

Algo en lo que debemos estar claros es que la historia política venezolana le hizo un profundo daño a nuestra sociedad.  Acá en nuestro país existió un empobrecimiento sostenido de la población,  creció considerablemente las brechas entre clases sociales, y hubo gobiernos que irrespetaron descaradamente los derechos humanos.  Aún hay madres que lloran a sus hijos desaparecidos en redadas ilegales, vivíamos en una época en la que se disparaba primero y se preguntaba después.  Eso generó sin lugar a dudas una enorme ola de inconformidades, rencores, apatías, entre una sociedad golpeada principalmente por sus gobernantes.

La propuesta de la Revolución Bolivariana es clara, educación, cultura y deporte para el pueblo.  La búsqueda del buen vivir a través del ocio productivo, de la emancipación del hombre, de la construcción de un modelo de igualdad.  La seguridad es tarea de todos los que habitamos esta patria y es que la paz es una consecuencia directa de la justicia y solo puede haber justicia en igualdad.

Héctor Rodríguez Castro
hectorrodriguezcastro@hotmail.com
@HectoRodriguez

 

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