A finales de la década de los 80 e inicios de la década de los 90 se inició en Venezuela un proceso constituyente. La institucionalidad vigente no respondía a los intereses del pueblo, por el contrario se utilizaba al Estado Venezolano para garantizar el estatus de la burguesía gobernante y para reprimir a las mayorías empobrecidas. Producto de esta realidad, la sociedad inició un proceso de reorganización espontánea, de parto de un nuevo acuerdo social que se evidenció con una gran protesta ciudadana conocida como el caracazo, aunque en honor a la verdad histórica debemos llamar guarenaso, ya que allí se produjeron las primeras manifestaciones de rechazo a la situación, que luego se extendieron por todo el país. Más tarde, esta protesta popular fue acompañada de la rebelión de jóvenes militares, que sentían indignación por la profunda crisis política, social, económica y moral por la que atravesaba nuestra patria.
Fueron estos dos hechos históricos el punto de partida de una década de protestas, organización y acumulación de fuerzas que permitieron las primeras victorias de la Revolución. El llamado a la Asamblea Constituyente y estos 11 años de inclusión social y construcción de un nuevo Estado donde el pueblo es el protagonista, donde sus políticas públicas no son para satisfacer a una minoría, sino por el contrario para garantizar una vida digna, con educación, salud y trabajo a las grandes mayorías.
Es por eso que recordamos a esos jóvenes militares que se rebelaron contra la corrupción y la pobreza que imperaba, como ejemplos de dignidad, como muestra de responsabilidad, como el inicio del camino a la consolidación de la verdadera libertad de nuestros pueblos.
Hector Rodríguez Castro
http://hectorrodriguezcastro.blogspot.com/