Suman los momentos, acontecimientos e historias para hacer de febrero un mes «histórico, combativo y rebelde» 201 años, marcan la siembra de nuestro joven eterno José Félix Ribas, luchador incansable de nuestra independencia, ejemplo vivo de la llama insaciable y el espíritu combatiente de lucha juvenil. Así como conmemoramos los 23 años de la rebelión cívico militar del 4 de febrero, en donde un por ahora paso a ser el despertar de un pueblo para siempre; también recordamos el natalicio del general del pueblo Ezequiel Zamora y el ejemplo de lealtad y lucha para las juventudes de Antonio José de Sucre.
Sin embargo en febrero de 2014, no podemos olvidar el inicio de una nueva arremetida violenta contra nuestro pueblo venezolano, que tuvo como objetivo central manchar de luto una época llena de valentía e historia; actos vandálicos contra bienes públicos, agresión verbal y física, guayas asesinas, quema de pre escolares, instituciones públicas, universidades, guarimbas, intentaron desestabilizar el mandato y voluntad de un pueblo que vive en democracia plena y que constitucionalmente por 16 años ha decidido su rumbo.
Estos días están marcados por la combatividad que siempre mantiene nuestro pueblo por la lucha incansable hasta justicia, días previos ante los acontecimientos desarrollados el 12 de febrero lo denunciamos al país, los intentos de arremetidas contra el pueblo por vías inconstitucionales; se convocó al diálogo nacional por diversos sectores y movimientos sociales, se reiteró el mensaje de paz, entendimiento y solidaridad nacional, llamado que fue asumido por el sector revolucionario, democrático del país.
Demostramos una vez más el carácter pacífico, inclusivo, democrático y las virtudes infinitas que la revolución bolivariana le ha garantizado a nuestra patria, una vez más alertamos a quien le servimos «al pueblo venezolano» que en medio de una guerra económica y psicológica a nuestro país no solo nacional sino internacional, reiteramos nuestra movilización histórica, rebelde y combativa.
El nacer incesante de esta juventud de oro, llena de alegría, compromiso y amor a la patria, es el resultado de más de 500 años que bastaron para que la juventud «mil veces matada» hoy diga «mil veces viva»