Los indígenas decían por allá en el Alto Orinoco, que el alcalde de la zona –yo no sé quién es, ni cómo se llama, ni de qué partido es, ni estoy hablando mal de él–, estoy repitiendo lo que me decía la gente, los indígenas. Me decían, por cierto, que en la campaña electoral, el año pasado, el alcalde de aquella zona y los adecos andaban por los ríos llevándoles comida. Entonces les hablaban de un tal Chávez, fíjate tú esto. Testigo fue monseñor Ignacio Velasco, el arzobispo de Caracas, que trabajó muchos años por allá. Tenía cinco años sin ir, yo le invité y tuve el honor de ser acompañado por él, allá con los indígenas yanomami.
Bueno, resulta que los adecos, esa calaña de gente se regó por esos ríos y ¿sabe lo que le decían a los indígenas?, que había un tal Chávez, “el golpista”, que quería ser Presidente, y que si Chávez llegaba a Presidente les iba a abrir la barriga por la mitad. Incluso me lo dijo: “Todavía estoy asusta’o, ¿usted es Chávez?”. “Sí, yo soy Chávez”. “Toy asusta’o”, me dijo un cacique. “No se asuste, venga acá, deme un abrazo. Los que le han abierto la barriga a ustedes, los que les han sacado el alma, los que les han destrozado el alma, son esos señores, la calaña esa que durante medio siglo acabó con Venezuela”. Pero hasta eso llegaban a decirle a la gente, que yo les iba a abrir la barriga por la mitad, que a las mujeres embarazadas les iba a sacar los muchachitos. Fíjate tú, una cosa macabra, digna de la calaña del “adecaje” que acabó con Venezuela.
Comentarios
Bueno eso son los de la cuarta República como engañaban al pueblo, pero ahora hay un pueblo q ha despertado y dispuesto a seguir con mi comandante hasta formalizar totalmente el socialismo