27.Mar.2016 / 12:59 pm / Haga un comentario

«Unidad, Unidad, Unidad debe ser nuestra divisa»

Bolívar

«Unidad, lucha, batalla y victoria»

 Chávez

 

 

No elegimos quienes forman parte del frente revolucionario, simplemente los compatriotas que tienen una voluntad de poder dentro de los postulados de la revolución bolivariana son nuestros compañeros. En esta trinchera hay de todo. La revolución bolivariana es un abanico de ideologías, aspiraciones, proyectos, es una identidad que se encuentra en el ejemplo y convocatoria del comandante supremo Hugo Chávez, en Bolívar, la Constitución Bolivariana de 1999 y el Plan de la Patria.

Con esas bases caminamos con los símbolos gloriosos de la patria: una bandera victoriosa tricolor de ocho estrellas, un escudo defensor con un caballo desafiante que marcha al frente, un himno nacional que se canta completo para que todos sepan, que ante cualquier amenaza seguiremos el «ejemplo que Caracas dio» el 19 de Abril, el 4 de Febrero y el 13 de Abril, es decir, los símbolos de la rebeldía patriótica son nuestros.

Como nuestro proyecto y nuestros símbolos reúnen amplios sectores de la sociedad venezolana y latinoamericana, la rigidez ideológica no es nuestra característica, el dogmatismo no es propio de nuestro movimiento. Por el contrario la diversidad de pensamientos y las correlaciones de fuerzas e ideas fuerza dentro del movimiento, mantienen viva la lucha política para que vayamos avanzando hacia mejores conquistas sociales, políticas y económicas en el proyecto que hemos denominado en nuestro plan: el socialismo bolivariano.

Hoy nuestros enemigos intentan desmoralizar nuestras fuerzas y descomponer la unidad cívico militar, que desde los tiempos de Bolívar, son la clave de nuestro proyecto. Hoy debemos elevarnos ante las amenazas y mantener estoicamente la unidad de los patriotas. El liderazgo bolivariano se unifica en la imagen de nuestro presidente Nicolás Maduro Moros, el ha recibido el mandato de llevar el país a buen puerto, en unidad del movimiento revolucionario y en coherencia las conquistas sociales de la revolución. Así lo hace a diario, es su llamado y esfuerzo. Nadie puede equivocarse sobre este particular, quien más recibe ataques y sufre personalmente los males que ha provocado el imperialismo al país es nuestro presidente, su fortaleza moral es la razón que le permite mantenerse en el cumplimiento de la tarea que le ha dejado el comandante supremo Hugo Chávez.

Ningún ex dirigente del PSUV o del gobierno revolucionario tiene la moral para debatirle al presidente Nicolás Maduro Moros su compromiso con el país sobre este tema. Ni Navarro, ni Giordani, ni la Marea, ni Rodríguez Torres, ni ninguno de los nuevos asalariados de la embajada norteamericana o nuevos conferencistas de las universidades autónomas y europeas o nuevos líderes de opinión de los medios de la derecha, ni los nuevos divos de la prensa privada han tenido la valentía de llevar adelante las proezas del presidente Maduro para mantener el país a flote y la unidad del movimiento. Es muy fácil lanzarse del barco ante la primera amenaza de hundimiento y luego de ver el error nadar a alguna orilla rápido antes que lleguen los tiburones. Así veo a esos personajes. Apuestan hoy a que se hunda el país porque tienen que justificar porque se han salido del barco revolucionario que hoy maniobra el presidente Maduro en medio de la tormenta política y económica a la que nos ha sometido el imperialismo.

Nuestros enemigos quieren vernos peleando, hablando tonterías de nuestro presidente, nuestros dirigentes y nuestros compatriotas con los que venimos luchando desde hace 17 años por tener patria. Quién se preste para la división, se convierte por defecto en un enemigo. Ese trabajo contrarrevolucionario debemos derrotarlo para las batallas que están por venir, la cizaña que siembra el enemigo se combate con mucha unidad revolucionaria, con mucho combate contra el enemigo real.

Nuestros enemigos siguen siendo los mismos: el egoísmo, el capitalismo salvaje, el neoliberalismo y hoy más que nunca el imperialismo. Obama no es buen amigo de nadie, es el enemigo de Nuestra América. Nada de lo que venga del frente contrarrevolucionario puede ser bueno, porque siempre viene cargado de la enemistad contra nuestro proyecto y nuestra gente, siempre viene cargado de enemistad contra las cosas que nos hacen libres: nuestras ideas virtuosas venidas desde la revolución de independencia y nuestras prácticas revolucionarias para el bienestar de las grandes mayorías nacionales.

Resuenan en la inteligencia, siempre humana, las arengas de Hugo Chávez más vivo que nunca «¡Que nadie se equivoque! ¡Seguiremos teniendo patria!»

 

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