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China celebra hoy el 65 aniversario de la proclamación de la República Popular con el orgullo de mostrar avances extraordinarios y la certeza de los numerosos obstáculos y desafíos aún por soslayar en su camino hacia el desarrollo.
Su prioridad, confirmó el presidente Xi Jinping, es el desarrollo, mantener las reformas y la innovación, seguir el camino pacífico, así como proceder con el fin de conseguir la salvaguarda y progreso de los intereses fundamentales de la gran mayoría de la población.
En una ceremonia anoche para celebrar esta importante efeméride, el líder chino llamó a ampliar la unidad del Partido Comunista de China (PCCh), que dijo debe reforzar su colaboración con otras organizaciones y estrechar sus vínculos con el pueblo.
Durante el tradicional banquete en el Gran Palacio del Pueblo, al que asistieron tres mil invitados, Xi pidió ampliar la confianza en el camino del socialismo con características chinas y en la teoría y el sistema vinculado a ese programa.
Poco antes de esa actividad, una nota oficial confirmó la realización del 20 al 23 de octubre en Beijing de la IV Plenaria del XVIII Comité Central del PCCh, que como tema central tendrá el debate en torno a la aplicación de la ley en todos los sectores del país.
El análisis de este asunto, considerado decisivo para conseguir el crecimiento económico, un Gobierno limpio, la prosperidad cultural, la justicia social y buenas condiciones medioambientales, constituye requerimiento intrínseco del socialismo con características chinas, según los especialistas.
Mención aparte para el enfrentamiento al terrorismo y a la corrupción, que aparecen entre las prioridades de las autoridades de este país.
Académicos consultados por la prensa indicaron que entre los desafíos que tiene China ante sí figuran profundizar las reformas y la apertura, mantener su desarrollo a un paso más lento que tenga en cuenta un cambio de la estructura industrial y solucionar los serios problemas ambientales.
Treinta años de impulso económico acelerado, sin tener en cuenta su impacto en el entorno, han dejado en malas condiciones el aire, el agua y las tierras en este Estado milenario que batalla ahora contra la contaminación.
En la lista de prioridades está, además del enfrentamiento permanente al terrorismo y a la corrupción, la lucha contra la burocracia y el formalismo, la eliminación de ceremonias costosas, la fastuosidad, y otras prácticas rechazadas en ocho diectivas adoptadas por la dirigencia del PCCh a fines de 2012.
Instauradas poco después que Xi Jinping asumiera el cargo de secretario general del Partido Comunista, esta campaña nacional acaba de entrar en una nueva fase que tiene como objetivo fortalecer la actitud de los dirigentes a todos los niveles frente a la corrupción, según lo informado oficialmente.
A estas medidas se une la campaña de masas proclamada a mediados de 2013 con el fin de un acercamiento a la población por parte de los funcionarios públicos, ya se del Gobierno o el PCCh a todos los niveles.
Otro aspecto de interés en este camino aún por transitar es la necesidad de cambiar los patrones de consumo energético en este país, según explicó Zhou Dadi, vicepresidente ejecutivo de la Sociedad de Investigación de la Energía en China.
Durante una reunión con corresponsales de prensa en la sede Asociación de Periodistas de China en esta capital, Zhou dijo que es de vital importancia reducir la dependencia del carbón y el petróleo y ampliar el uso de energías eólica, nuclear y solar, entre otras, para recuperar un entorno sano.
El académico adelantó que se trata de una difícil tarea que requiere de controles y de cambios en la gestión industrial con nuevos combustibles que ayuden a reducir la emisión de contaminantes y otras muchas medidas que requieren de supervisión y rigurosidad.